Los
insurgentes prorrusos rechazaron hoy el plan de paz para el arreglo del
conflicto en el este de Ucrania, mientras no hay noticias de un posible
alto el fuego, ya que continuaron los combates entre fuerzas
gubernamentales y rebeldes.
"En su discurso de investidura (el nuevo presidente, Petró
Poroshenko) dejó claro que no entablará un auténtico diálogo con el
pueblo del Donbass (cuenca hullera ucraniana). Se nos niega la
federalización y el estatus federal de la lengua rusa", dijo hoy
Miroslav Rudenko, uno de los líderes separatistas.
El rebelde se refería al plan de paz en el que Poroshenko promete
descentralización en vez de federalización; estatus regional, que no
estatal, para la lengua rusa; amnistía para los rebeldes sin delitos de
sangre y un corredor para que los mercenarios regresen a Rusia.
El nuevo presidente ucraniano también adelantó que viajaría en
breve al este "en son de paz", pero los combates continuaron hoy en la
región de Donetsk, epicentro de la sublevación prorrusa que estalló hace
dos meses.
Según los rebeldes, las fuerzas gubernamentales usaron lanzaderas
de misiles Grad, algo que Kiev siempre ha negado, para atacar esta
madrugada varias localidades situadas cerca de Slaviansk, una de las más
irreductibles plazas fuertes de los milicianos separatistas.
"El ataque contra Slaviansk es una demostración de las agresivas
intenciones de Poroshenko en relación con los habitantes de las
(autoproclamadas) repúblicas de Donetsk y Lugansk", aseguró Rudenko.
Los habitantes de los pueblos de Artiómovka y Semiónovka y del
barrio Vostochni en Slaviansk han tenido que refugiarse en los sótanos
de los edificios para resguardarse de los bombardeos, según los
rebeldes, que respondieron con morteros al fuego enemigo.
Poroshenko "demuestra así que no quiere dialogar con nosotros en el
idioma de la diplomacia, lo que, por supuesto, dificultará un arreglo
pacífico" del conflicto, añadió el caudillo separatista.
Una de las iglesias ortodoxas de Slaviansk ardió hoy en llamas
después de que alcanzara su cúpula un proyectil, según los separatistas,
mientras cinco civiles han muerto en las últimas veinticuatro horas en
esa localidad, donde no hay ni agua ni luz eléctrica.
Mientras Poroshenko negó el sábado cualquier posibilidad de diálogo
"con los bandidos" de las "repúblicas populares" de Donetsk y Lugansk,
los separatistas insisten en demandar la salida de las tropas
gubernamentales y el reconocimiento de su independencia proclamada el 12
de mayo.
Ambas repúblicas separatistas, que exigen también a Kiev la
liberación de más de 300 de sus partidarios, no tienen intención de dar
la bienvenida a Poroshenko.
Hoy, domingo, debería producirse el primer contacto entre Ucrania y
Rusia con el fin de acordar los primeros pasos para el arreglo pacífico
del conflicto, según anunció Poroshenko tras reunirse el viernes en
Normandía con el presidente ruso, Vladímir Putin.
El interlocutor de Kiev podría ser el embajador ruso, Mijaíl
Zurábov, quien regresó esta semana a Ucrania tras ser retirado por el
Kremlin tras el estallido de los disturbios de febrero que desembocaron
en el derrocamiento del presidente, Víktor Yanukóvich.
Zurábov aseguró que para Rusia "es una cuestión de principios
frenar la operación militar. Por supuesto, en caso de que los rebeldes
también suspendan las acciones militares".
"Los pasos que dé Poroshenko en esa dirección nos demostrarán si
Rusia puede verlo como un socio de pleno derecho para el arreglo y la
normalización de la situación en el este de Ucrania", añadió.
Uno de los asuntos que quiere tratar Rusia es la necesidad de crear
corredores humanitarios para el suministro de comida y medicamentos a
los residentes en las zonas de combate en las regiones rebeldes de
Donetsk y Lugansk.
En cuanto al alto el fuego, la presidenta del Senado ruso,
Valentina Matviyenko, aseguró que debe ser Kiev quien dé el primer paso y
descartó una solución militar para el conflicto en el vecino país.
"Tan pronto como Kiev dé la orden de alto el fuego (...), Rusia
estará dispuesta a hacer todo lo posible para que la otra parte deponga
las armas y se siente a la mesa de negociaciones", manifestó en
declaraciones a la televisión rusa.
Mientras, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró
tras reunirse con el líder ucraniano en Kiev que en estos momentos ha
aparecido una ventana para la paz que no puede ser, en ningún caso,
desaprovechada.
Al respecto, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius,
consideró también hoy que "se dan las condiciones para una reducción de
la escalada" de tensión y destacó que el primer paso debe ser un alto el
fuego.
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