La cumbre del G77
y China que se celebra este fin de semana en la ciudad boliviana de
Santa Cruz de la Sierra será el escenario ideal para un discurso como el
de la Revolución Ciudadana, el proyecto político que lidera el
presidente de Ecuador, Rafael Correa.
El gobernante estará en Santa Cruz para asistir a este evento y
defender "la necesidad de una acción colectiva global" frente al
"imperio del capital", como anticipó él mismo que hará en ese evento.
Aunque Correa no estará en la sesión plenaria del domingo, en un
encuentro con periodistas celebrado la pasada semana avanzó que su
planteamiento en la cumbre hará hincapié en esa concertación mundial que
considera necesaria, así como en la necesidad de defenderse "de la
visión hegemónica de ciertos países, también dominados por ese capital".
Este breve esbozo, el único que se ha conocido hasta ahora sobre la
participación de Ecuador en el evento internacional, encaja en buena
medida con los temas que conforman la agenda de la cumbre, que, entre
otros, tratará asuntos como la erradicación de la pobreza y el hambre y
la lucha contra la desigualdad.
Precisamente estos son tres de los ámbitos en los que Ecuador,
según cifras gubernamentales, más ha avanzado durante los siete años del
Gobierno de la Revolución Ciudadana.
Correa destaca a menudo que durante la gestión de sus gobiernos se
ha reducido la pobreza del 36 al 25% y la pobreza extrema del 16% al 8%,
por lo que su país, dice, es líder en la reducción de la desigualdad en
la región latinoamericana.
Según el Gobierno boliviano, en ese sentido, la agenda de la cumbre
del G77 y China estará marcada por un "espíritu progresista", a pesar
de que el amplio consenso que ese bloque se autoimpone para la
elaboración de su programa ha limitado algo el enfoque inicial.
Otros temas que figuran en la agenda, como la nueva arquitectura
financiera y la transferencia de tecnología también se corresponden con
los propugnados por el mandatario ecuatoriano en su accionar político.
Correa es uno de los integrantes del bloque de gobiernos que se
articulan en torno al ideal bolivariano, del que el fallecido presidente
venezolano Hugo Chávez fue el principal valedor.
Como tal, defiende postulados basados en el predominio de los seres
humanos sobre el capital que, a su vez, se complementa con el del
"cambio en las relaciones de poder que defiende" el presidente de
Ecuador.
Mucho que ver con todo esto tienen los asuntos que se abordarán en
la cumbre, en la que estarán varios de los gobernantes bolivarianos,
como el venezolano Nicolás Maduro y el anfitrión, Evo Morales.
Ambos son socios de Correa en la Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur), en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
(ALBA) y en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(Celac), bloques orientados a la integración de países, que es,
precisamente, otro de los temas de la cumbre del G77 y China.
Junto a ellos estarán otros presidentes de izquierdas, como el
cubano Raúl Castro, el salvadoreño Salvador Sánchez, el nicaragüense
Daniel Ortega y el uruguayo José Mujica.
El grupo latinoamericano es uno de los bloques más fuertes dentro
del G77, ya que pertenecen a él todos sus países menos México, por lo
que la presencia del discurso de esa región en la cita tendrá una
incidencia destacada para el conjunto de los 133 países que componen el
grupo.
La reunión pretende establecer una agenda de desarrollo post 2015
en la que también tendrán una presencia importante otros asuntos que hoy
preocupan y captan el interés de gobiernos y sociedades de todo el
mundo, como la cooperación, el medioambiente y el comercio justo.
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