La
larga agonía que sufrió un condenado a muerte en Oklahoma el martes 29
de abril, calificada por muchos como una "tortura", pone de manifiesto
el caos de los estados norteamericanos que, ante la falta de
barbitúricos (fármacos que actúan como sedantes del sistema nervioso
central), buscan métodos alternativos para llevar adelante sus
ejecuciones.
Clayton Locket fue declarado muerto el martes 43 minutos después de
que se le comenzara a inyectar un cóctel letal que jamás había sido
probado en Estados Unidos, cuando por lo general el cóctel tarda 10
minutos en hacer efecto.
La larga y dolorosa agonía por "el fracaso de la intravenosa", según
admitieron las autoridades penitenciarias, llevó a suspender una
ejecución prevista para ese mismo día y generó indignación incluso en la
Casa Blanca, que criticó este miércoles la falta de humanidad en el
procedimiento.
¿Por qué falta el fármaco sedantes?
A raíz de la decisión de los fabricantes europeos de negarse a vender
el anestésico más común (el pentobarbital) a quienes lo adquieren para
ejecuciones humanas, los 32 estados de Estados Unidos que aún aplican la
pena de muerte "encuentran grandes dificultades para hallar
barbitúricos y se desesperan buscando alguna fuente de
aprovisionamiento" para la elaboración de las inyecciones que utilizan,
explica Deborah Denno, profesora de derecho de la Fordham University.
Es así que recurren a preparados muy controvertidos disponibles en farmacias, pero no homologados por las autoridades federales.
"Ello lleva a los estados que utilizan la inyección letal a
improvisar", observó Robert Blecker, profesor de la escuela de derecho
de Nueva York.
Rechazo a la tortura
Como sucedió en otras dos recientes ejecuciones, "el detenido parece
haber sufrido enormemente", comentó por su parte Lyn Entzeroth,
profesora de derecho en la Universidad de Tulsa, Oklahoma. "Es una forma
de tortura que plantea problemas constitucionales", dijo.
Desde hace siete años, varios estados han optado por abolir la pena
de muerte por, entre otros motivos, "la increíble dificultad para
realizar las inyecciones letales de manera transparente y conforme a la
octava enmienda", que prohíbe "todo castigo cruel e inhabitual", señaló.
La gobernadora de Oklahoma (sur), Mary Fallin, ordenó tras la
ejecución del martes un "examen completo de los procedimientos" para
determinar qué sucedió y por qué.
La abogada de Charles Warner, el condenado que debía ser ejecutado
luego, dio incluso un paso más y dijo que "Clayton Lockett fue torturado
hasta la muerte" al exigir "una investigación independiente", una
autopsia y el levantamiento del secreto sobre "los medicamentos
utilizados, su grado de pureza, eficacia, origen y los resultados de
todas las pruebas" realizadas.
Laboratorios temen "boicot económico"
Los escasos laboratorios que aceptan entregar productos sabiendo que
serán utilizados en ejecuciones lo hacen en el mayor secreto, por temor a
represalias, y los estados prefieren ocultar su fuente de
aprovisionamiento también por miedo a ser objeto de demandas judiciales.
"Esa es su respuesta a la amenaza de ser sometidos a un boicot
económico", dijo a la AFP Blecker, autor del libro "The Death of
Punishment" (La muerte del castigo).
Este ferviente defensor de la pena de muerte se congratuló de que la
actual polémica permita reabrir el debate sobre los métodos alternativos
a la ejecución letal.
"Yo soy personalmente favorable al pelotón de ejecución, que reconoce
que se trata de un castigo y no pretende hacerse pasar por un
medicamento", dijo el docente, que siempre se opuso a la generalización
de la inyección letal.
"Los procedimientos de inyección en este país simplemente no
funcionan", dijo por su lado la profesora Denno, experta en métodos de
ejecución.
En Tennessee se aprobó el retorno a la silla eléctrica, y en esta
misma dirección se dirigen. Georgia y Virginia. Los estados de Misuri y
Wyoming, por su parte, se inclinarían por el pelotón de ejecución, pero
"todos se hallan todavía en un estadio de discusión", según Denno.
La pena de muerte es un acto que va en contra de los derechos de la vida, este caso que se presentó en Estados Unidos llevó a un debate sobre eliminar este tipo de justicia o utilizar otras formas que agilicen esta condena de muerte.
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