Luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) rechazó la mayor parte de las firmas presentadas por los Yasunidos, el colectivo de jóvenes cambió su estrategia política: de la idea de un parque nacional amenazado, saltó a la noción de una democracia en peligro. Se incluye también la visión desesperanzada y provocadora del actor y director de teatro Christoph Baumann, quien interpreta lo ocurrido en clave de fábula kafkiana.
Cerca de 90 Yasunidos se reunieron ayer en Acción Ecológica para elaborar una hoja de ruta que defienda las firmas sobre el Yasuní.
El colectivo ciudadano busca impulsar la consulta popular que deje bajo tierra el petróleo del bloque 43.
Desde las 08:00 los delegados de Yasunidos de Loja, Tulcán, Cuenca, Ambato, Manta, Sucumbíos, Orellana y Riobamba se reunieron a puerta cerrada para compartir sus experiencias de recolectores, analizar el proceso de verificación de firmas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y planificar sus próximas acciones.
Según Patricio Chávez, vocero de Yasunidos, el colectivo se caracteriza por ser un grupo pacífico. Por tal razón, sus actividades futuras se basarán en acciones creativas y simbólicas. “ Somos un grupo pacífico al que no le interesa la desestabilización de nadie - dijo Chávez”.
Ellos acudirán al Tribunal Contencioso Electoral para presentar sus reclamos; sin embargo, dijo que hasta ayer el CNE no les notificó la resolución del informe de la revisión de firmas.
Para el vicepresidente del CNE, Paúl Salazar, según Ecuadorinmediato.com, el colectivo tendrá tres días para impugnar, luego de que el organismo les entregue la notificación. Mientras analiza casa adentro si las inconsistencias en los formularios son irresponsabilidad o intentos de engañar al organismo por parte del colectivo.
Los Yasunidos solicitan la publicación de los formularios.
Domingo Paredes Castillo, del CNE

Nosotros cumplimos los mandatos legales, pero si la Asamblea en su derecho y competencia aprobó la solicitud del presidente (Rafael Correa), para nosotros eso es un elemento no deliberante. Como no hay vinculación el hecho de que si se da la consulta, no tiene nada que ver. Nosotros entregamos información (en caso de ganar el No en la consulta) a la Asamblea y ellos determinarán’. 6 de octubre de 2013
El CNE no es un organismo deliberante. Somos ejecutores de las decisiones de la Corte y en la tarde resolveremos y en 24 horas se realizará la entrega de los formularios para la recolección de firmas para la consulta’. 1 de octubre 2013
Hemos actuado con toda transparencia... No nos hemos desviado; pasamos las crisis con todas las complejidades y actuamos con la máxima transparencia’.30 de abril
Colectivos que promueven la Consulta Popular, a través de la iniciativa ciudadana, sobre la explotación del Parque Nacional Yasuní, deben utilizar el formato de formularios entregado por el Consejo Nacional Electoral’. 13 de marzo de 2014
Yo pienso que crear un infierno para recoger firmas no es lo correcto. El impacto de la extracción de hidrocarburos no tiene esa dimensión de 100 mil hectáreas es apenas el 0,001 por mil del área afectada de manera regulada o mínima’. 12 de marzo de 2014
Algo que hemos solicitado es que cualquier consulta popular, si hay consulta sobre alguna forma, la vamos a hacer el día de las elecciones. Una papeleta más no causa daño... el resto es invertir dinero para una consulta nacional’. 29 de mayo 2013
Se repite la vieja cultura política en el país, como se repite lo mismo que encontramos en la crisis de las firmas de 2012, cuando todos nos criticaban, y miren lo que hallamos... esta es una falta de respeto al Estado y a la dignidad del CNE... Que lean los reglamentos y no lo han hecho, ahora les pedimos que aprendan a contar, repetir una firma 9 veces no implica que se les va a validar 9 veces, este elemento es muy importante para desvirtuar una serie de calumnias y amenazas que el movimiento está tomando frente a la máxima autoridad electoral’. 6 de mayo 2014

Por Christoph Baumann
En un país de locos decidieron hacer una nueva Constitución para salir de la locura. Se empeñaron durante meses en grandes debates para elaborarla, incluyendo la opinión de todos los pobladores. Era de locos pero querían una verdadera refundación del país. Por fin estaba la cordura en el horizonte ¡y eso sí era una verdadera locura! Cuando estuvo lista la novísima Carta Magna, los gobernantes, que eran los más cuerdos, como se suponía, tuvieron una excelente idea: imprimieron la Constitución en el papel más suave que encontraron, para estirarlo a sus anchas y a sus gustos. Unas pocas voces entre los locos se mofaban: ni bien nacida, la Constitución había perdido su virginidad, violada por los sapos. Pero nadie les hizo caso.
En el país de los locos tenían una verdadera joya: un lugar llamado Biósfera de la Humanidad. Un sitio tan diverso en especies que no había otro igual en el planeta. En su Constitución, los locos habían dado derechos a esta naturaleza bella y remota. Para protegerla, claro. Para cuidarla, ¡qué bien! Pusieron a esa zona el bello nombre de intangible. Y a los pueblos ancestrales que la habitaban los llamaron no contactados: una increíble riqueza que se encuentra en extinción en todo el mundo.
El lugar era tan pero tan rico no solo por su fauna y flora tan diversa, sino también por una gran cantidad de oro verde que había en su subsuelo. El gobierno de los locos se comprometió a no tocarlo si el mundo le daba una mediana recompensa a cambio de tan noble gesto: era el Plan A. Pero como el mundo no es noble, le falló al gobierno de los locos. Las malas lenguas, que a estas alturas ya eran un coro, decían que el noble Plan A nunca había sido A, sino B, es decir, pura pantalla.
Imperaba la locura. El país que había sido de todos ya no lo era para los pueblos en extinción. Bueno, no es grave, decían los gobernantes: como son tan pocos y casi nunca se ven seguramente ya eran en verdad fantasmas errantes. La Constitución ya tampoco era de todos. Como la habían estirado tanto su suave tesitura se deshacía y se volvía muy complicada de entender. Los locos no tan locos empezaban a sospechar que había sido impresa en un papel de uso diario al que llamaban higiénico. Todo se vende y todo se explota era la nueva consigna. Así saque(a)mos al país de la pobreza, decían los gobernantes a los cuatro vientos.
Entre tanto cambio de norte empezaron a movilizarse unos jóvenes locos que realmente se habían tomado a pecho el Plan A. Creían que su tarea no era sacar al país de su pobreza material, porque en verdad ya era un país riquísimo en recursos mal distribuidos. Para ellos la necesidad verdadera era sacar al país de la pobreza mental imperante. Eran más locos que la mayoría de los locos. O tal vez ya llegaban a un poco de cordura, cómo saberlo. Todavía ponían en alto a la Constitución.
En este colectivo formado por muchos colectivos de jóvenes locos se preguntaban: ¿Qué vale la pena defender en esta vida? ¿Por qué puedo poner mis manos en el fuego? ¿A qué puedo atar mi corazón? ¿A qué puedo comprometerme con toda mi persona? ¿Y cómo hago una diferencia en este mundo donde impera el vil capital? ¡Qué preguntas más locas! Más loco aun pensar que las respuestas puedan tocar la cordura.
Esta juventud era digna del país de los locos que una vez habían querido ser cuerdos. Insistían contra viento y marea en el norte que todos habían acordado unos pocos años atrás. Se tomaron el tiempo, la molestia, hicieron un gigantesco esfuerzo y recolectaron firmas para hacer una consulta: ¿quería realmente el pueblo de los locos que se ejecutara el Plan A, amparado en la Constitución que aún consideraban vigente de puro locos? Su lucha ningún loco emprendería.
757 623 locos que buscaban la cordura firmaron a su favor. Pero los jóvenes no se habían dado cuenta de que siempre, cuando trataban con el poder, caían en manos de farsantes. Les tocaba descubrir que el término democracia, en ese momento histórico del país de los locos, era un decir. Que los organismos que velaban por ella estaban vaciados de todo espíritu llamado democrático. Que hombres grises enojados les recibían cuando insistían en sus derechos. Que todos los términos se tergiversaban. Que daba ganas de volverse completamente loco. Que hablaban de “inconsistencias” cuando en verdad había fraude. Que hablaban de “transparencia” cuando ellos escondían las urnas con las firmas en un recinto militar. Que hablaban de “independencia” de las instituciones, cuando, como lacayos, recibían ordenes directas del poder central de los locos.
La mano negra del poder de los locos escondía una más negra todavía: la mano que condenaba a sus ciudadanos a la impotencia y la frustración. Así enfrentaba el colectivo el baile de apariencias en el cual, por tanto tiempo, ya había girado el país de los locos en el pasado. De giro en giro se deben haber preguntado: ¿esto se llama democracia? ¿Y quién de verdad la desestabiliza? Quizá su suposición era que tenían algún chance, cuando en realidad no tenían ninguno. El ejercicio democrático había sido un simulacro nomás. ¡Que gran locura!
..Como las figuras kafkianas, el grupo de los jóvenes locos ahora está errando en busca de justicia. Pero cada vez son impecablemente enredados en más y más leguleyadas. Hay que preguntarse: ¿qué nombre se merece un país que así trata a buena parte de su juventud, es decir, a los habitantes de su futuro? Duele decirlo, pero el país retratado sigue siendo el país de los locos.
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/yasuni-o-el-sueno-que-termina-en-pesadilla-606171.html
Yasunidos acudirán al Tribunal Contencioso Electoral para presentar sus reclamos; sin embargo, dijo que hasta ayer el CNE no les notificó la resolución del informe de la revisión de firmas.
ResponderEliminar