El
presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo hoy en Chile que la
desigualdad en América Latina es un problema político agravado por el
poder de las élites e instó a reforzar la integración regional, pero lejos de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Correa, quien este miércoles finalizó una visita oficial de dos
días a Chile, pronunció una conferencia en la sede de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En su alocución, el gobernante repasó los logros de la llamada
"revolución ciudadana" que su Gobierno ha impulsado durante los últimos
años y comentó las "restricciones externas" que, en su opinión, frenan
el desarrollo de América Latina.
"El desarrollo es básicamente un problema político. El problema
fundamental es quién manda en una sociedad, las élites o las grandes
mayorías; el capital o los seres humanos; el mercado o la sociedad",
dijo Correa en presencia de la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia
Bárcena, y del canciller chileno, Heraldo Muñoz.
Correa sostuvo que América Latina ha estado históricamente dominada
por élites que "han excluido de los beneficios del progreso a las
grandes mayorías" y aseguró que la región aún sufre los embates del
neocolonialismo.
Para revertir esa situación, el presidente ecuatoriano apostó por
reforzar la integración latinoamericana a través de la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), un bloque que, según Correa, se ha
"desacelerado" en los últimos años pero que tiene "un potencial enorme".
"La Unasur es lo que hemos llamado una integración integral, no
solo un foro para tratar nuestros problemas y diferencias, sino un
organismo planificador y ejecutor", dijo sobre este organismo nacido en
Brasil en 2008 e integrado por doce países sudamericanos.
Sobre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC),
que está integrada por todos los países de América menos Estados Unidos
y Canadá, el gobernante ecuatoriano dijo que aún tiene un papel
"ambiguo" pero expresó su deseo de que "más temprano que tarde reemplace
a la OEA".
"La OEA tiene graves distorsiones y para mí es insalvable por el
peso hegemónico de Estados Unidos y Canadá. Necesitamos algo más nuestro
(...) y eso creemos que es la CELAC", señaló Correa.
El presidente también criticó a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), un organismo dependiente de la OEA con el que
el Gobierno ecuatoriano ha tenido varios roces, el último debido a las
medidas cautelares que sugirió a favor de tres opositores a Correa
condenados a prisión por injuriarle.
"La CIDH está totalmente dominada por países hegemónicos", dijo el
mandatario, que expresó su desazón por el hecho de que la sede de ese
organismo esté en Washington, cuando EE.UU. no ha firmado el Pacto de
San José, fundamento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Antes de su intervención en la Cepal, el líder ecuatoriano fue
nombrado doctor "honoris causa" por la Universidad de Santiago de Chile
(USACH), ocasión en la que repasó los avances en la cobertura y calidad
que ha experimentado el modelo educativo de su país durante los últimos
años.
"Hemos optado por una política nacional agresiva para promover el
talento humano, la ciencia, la tecnología y la educación", dijo Correa,
que añadió: "Para nosotros, la educación como derecho y generadora de
talento humano es lo más importante".
Rafael Correa, que gobierna Ecuador desde 2007, explicó que entre
1992 y 2006 se crearon en ese país 45 nuevas universidades, que se
sumaron a las 26 que existían anteriormente.
"La educación se convirtió en una mercancía más", dijo el
mandatario, quien subrayó que, por lo general, las nuevas universidades
eran "negocios con fines de lucro" con un pésimo nivel académico.
La Asamblea Constituyente instaurada en 2008 ordenó una revisión
profunda de los recintos y como resultado catorce de ellos -"que no
merecían el nombre de universidades", dijo Correa, fueron clausurados.
La visita de Rafael Correa, la primera de carácter oficial de un
jefe de Estado extranjero a Chile en el segundo mandato de la presidenta
Michelle Bachelet, empezó el martes con una visita al Museo de la
Memoria y los Derechos Humanos y terminó en la noche con una reunión
privada con la presidenta del Senado, Isabel Allende.
El mandatario, que viajó acompañado de una decena de ministros, se
reunió luego con Bachelet, con la que coincidió en la necesidad de
impulsar la alicaída integración latinoamericana, especialmente a través
de la Unasur.
Lo que Correa propone es reforzar la integración latinoamericana a través de la Unión de Naciones Suramericanas debido a que Correa dice que América Latina ha estado históricamente dominada por élites que "han excluido de los beneficios del progreso a las grandes mayorías" y aseguró que la región aún sufre los embates del neocolonialismo, y se quiere evitar esta situación.
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