martes, 3 de junio de 2014

¿Por qué el Presidente teme ahora a la ciudadanía?

Martes, 3 de junio, 2014

El personaje: Jurista y catedrático universitario. Decano de la Facultad de Jurisprudencia de la PUCE. Fue conjuez de la Corte Suprema de Justicia en 2004 y diputado de la República en 2008.

La entrevista

La alternancia democrática, dice el Presidente de la República, es un discurso burgués. ¿Esta tesis se sostiene en una mirada premoderna de la concepción de la política?

Cabe recordar los debates que se dieron en la concepción de la Constitución de Montecristi. Para entonces, muchas figuras del oficialismo sostenían que la reelección indefinida de autoridades de elección popular rompía con la condición de la alternabilidad como uno de los principios básicos de la democracia. Y se decía que tal principio debía estar reflejado a lo largo y ancho de la nueva Carta Magna. Se señalaba, entonces, para el caso del Presidente una sola reelección. Y para el resto de la institucionalidad también se defendía el valor de la alternabilidad.

El 80 por ciento de los ecuatorianos aprobó la Constitución en esos términos...

Así es. Si usted toma la Constitución, encontrará, por ejemplo, que en el caso de los derechos de participación (artículo 96), las organizaciones deberán ejercer principios de democracia interna, la alternabilidad de sus dirigentes y la rendición de cuentas. El artículo 108, que habla de las organizaciones políticas, establece que como principios fundamentales la pluralidad y la alternabilidad. Si seguimos en la misma Constitución, en al artículo 157, en el que se habla de los Consejos Nacionales de Igualdad, se menciona que dicha institucionalidad se regirá bajo los principios de la alternabilidad, participación democrática, inclusión y pluralismo. Incluso para la elección de las autoridades de las instituciones de educación superior se esgrime la alternabilidad como un factor estructural. 

Si la alternabilidad consta como un principio meridianamente mandatorio en la Constitución, ¿por qué el oficialismo propone un debate tremendista, en cuya lógica el proceso político correísta luce amenazado por una reintegración de la derecha?

Esta propuesta da cuenta de que el proceso político impulsado por Rafael Correa es una empresa caudillística y que más allá de él no hay en Alianza País figuras que puedan asegurar la permanencia de dicho modelo. Por eso, en un esquema maniqueo, se habla de una restauración conservadora. Pensar así, no obstante, supone desvirtuar la primera declaración de principios de la Constitución, cuando se sostiene que Ecuador es un Estado de derechos, democrático y, lo más importante, cuya soberanía radica en el pueblo.

Desde el oficialismo, no obstante, se esgrime que la alternabilidad estará asegurada en la voluntad del soberano en las urnas. ¿La institucionalidad actual del país permitiría ese horizonte?

Muchas figuras del oficialismo, como Betty Tola y Augusto Barrera, decían que la reelección indefinida era una aberración. Tras el 23-F, los discursos han cambiado. Y defender, desde el oficialismo, que la alternabilidad se asegurará en las urnas es una falacia, es una mentira, además de que supondría un cambio constitucional exclusivo para el Presidente. Pero no es ese el pronunciamiento. Lo que se debe consultar al pueblo son las reglas de juego democrático, por tanto, si quiere o no reelección indefinida.

¿Usted defiende la herramienta de la reforma vía consulta?

La Constitución indica que hay tres mecanismos para modificar la Constitución: enmienda, reforma y Asamblea Constituyente. Eran los famosos candados constitucionales para evitar que se repitan los vicios de la partidocracia, por los que se hacían cambios en función de intereses coyunturales. La enmienda, entonces, tiene como objetivo corregir ciertos errores. Pongo un ejemplo: si se hablase de un sistema de seguridad social provisional, se apelaría a una enmienda para corregir por previsional.

¿Qué candados constitucionales tiene la enmienda?

No está en duda que los asambleístas puedan presentar proyectos en esta línea, pero su potestad es esa: la iniciativa legislativa. La Constitución, no obstante, es clara sobre los mecanismos. Se puede proceder a una enmienda siempre que no se altere el carácter constitutivo del Estado, que no establezca restricciones a los derechos y las garantías y que no modifique el proceso de reforma de la Constitución.

¿La tesis de la reelección indefinidad altera la condición de alternabilidad como una de las bases de la democracia?

Uno de los elementos esenciales del Ecuador es ser un Estado democrático y la democracia implica alternancia. Por tanto, si plantean una reforma, háganlo con los mecanismos constitucionales previstos desde 2008. Y ese procedimiento es precisamente la reforma.

¿Considera usted que la Corte Constitucional se pronunciará por ese camino de cambio?

La reforma es el procedimiento de ley y, además, hay que insistir que la soberanía radica en el pueblo, y esa soberanía no es transferible a otro ente estatal. Todo el mundo, sin embargo, da por hecho que se va a llevar a cabo una enmienda, por obsecuencia de otros órganos del Estado con el Ejecutivo.

¿Una propuesta de reelección indefinida sin reforma constitucional riñe, además, con normas supraconstitucionales como la Declaración Universal de DDHH (art. 21) y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de las NNUU (art. 25)?

Además de contrariar la propia Constitución, ese camino obviaría principios universales sobre derechos políticos. Una democracia contemporánea profundiza en esos derechos. Lo contrario es el camino que han tomado Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, Venezuela...

¿Qué herramientas institucionales quedan a la ciudadanía para reencauzar este debate, más allá de si es o no es Correa quien vaya las presidenciales de 2017?

La ciudadanía, efectivamente, debe retomar la discusión sobre si quiere o no dejar atrás un puntal de la democracia que es la alternabilidad. Y, pese a la experiencia de los Yasunidos, hay que insistir en que se consulte sobre la reforma. ¿Por qué el Presidente teme ahora a la ciudadanía? (IFP)



En Twitter

Ahora Correa busca la reelección indefinida. Gran parte de América Latina no entiende que la alternancia es esencial para la democracia. Iván Petrella

¡Alarmante y lamentable! Rafael Correa dice que la alternancia democrática es teoría burguesa. Roberto Vásquez

Eso de que la monarquía absoluta o el despotismo ilustrado son cosas malas es pura teoría burguesa, señores. Mateo Martínez

Si la alternancia es "pura teoría burguesa", ¿por qué en la Constitución se limitó los mandatos? Eduardo Varas

"¡Ay, que la 'alternancia' es necesaria para la democracia! ¡Eso es pura teoría burguesa!" dice Rafa, el "proletario". Diana Amores

La alternancia democrática es burguesa, el jacuzzi es proletario. La lucha de clases al desnudo. Pedro Daza

Para muchos, el apoyo a la reelección indefinida es un asunto de conveniencias coyunturales y no de principios. Manuel Gómez
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/por-que-el-presidente-teme-ahora-a-la-ciudadania-607591.html

1 comentario:

  1. La principal razón por la cual el actual presidente de la república tiena la intención de realizar una enmienda constitucional que busca la reelección indefinida es porque le teme a que la ciudadanía vuelta a desconfiar de la democracia de su gobierno, así como ya ocurrió en las votaciones del 23 de febrero, donde la campaña de Alianza País dirigida por el presidente de la república perdió alcadías en varias ciudades.

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